martes, 6 de agosto de 2013

SUBCOMANDANTE MARCOS

Que poder decir de una persona que cuando  habla todo el mundo queda gratamente agradecido de que exista. Un ser humano que habla con palabras sencillas pero con un fuerte contenido revolucionario y reivindicativo. El habla de muchas cosas que en la actualidad se van perdiendo en nuestra sociedad, JUSTICIA, IGUALDAD, DERECHOS HUMANOS, DIGNIDAD. Hablo del Subcomandante Marcos, un defensor de la igualdad de los indios en esta sociedad, de la dignidad de estos hombres y mujeres tan pisoteada tanta y tantas veces por el poder. Deberia haber en este mundo uno no mil subcomandante Marcos. En los tiempos que vivimos de incertidumbre y agonia espiritual es gratificante saber que hay esperanza en algun rincon del mundo, por lo menos eso alientan sus palabras que para muchas de las personas que lo escuchan es mucho mas que lo que el gobierno de turno quiera hacer. Mucha suerte en tu lucha Subcomandante. 




DE LA ISLA ESPAÑOLA


En la isla Española, que fué la primera, como dijimos, donde entraron cristianos e comenzaron los grandes estragos e perdiciones destas gentes e que primero destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse e para usar mal dellos e comerles sus comidas que de sus sudores e trabajos salían, no contentándose con lo que los indios les daban de su grado, conforme a la facultad que cada uno tenía (que siempre es poca, porque no suelen tener más de lo que ordinariamente han menester e hacen con poco trabajo e lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano e destruye en un día) e otras muchas fuerzas e violencias e vejaciones que les hacían, comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; y algunos escondían sus comidas; otros sus mujeres e hijos; otros huíanse a los montes por apartarse de gente de tan dura y terrible conversación. Los cristianos dábanles de bofetadas e puñadas y de palos, hasta poner las manos en los señores de los pueblos. E llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer.
De aquí comenzaron los indios a buscar maneras para echar los cristianos de sus tierras: pusiéronse en armas, que son harto flacas e de poca ofensión e resistencia y menos defensa (por lo cual todas sus guerras son poco más que acá juegos de cañas e aun de niños); los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades extrañas en ellos. Entraban en los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Otros, daban con ellas en ríos por las espaldas, riendo e burlando, e cayendo en el agua decían: bullís, cuerpo de tal; otras criaturas metían a espada con las madres juntamente, e todos cuantos delante de sí hallaban. Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos. Otros, ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca pegándoles fuego, así los quemaban. Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: "Andad con cartas." Conviene a saber, lleva las nuevas a las gentes que estaban huídas por los montes. Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos, desesperados, se les salían las ánimas.
Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que el verdugo que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y atizoles el fuego hasta que se asaron de despacio como él quería. Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas. Y porque toda la gente que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnecerías. Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos cristianos con justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí, que por un cristiano que los indios matasen, habían los cristianos de matar cien indios.

Del obispo fray Bartolomé de las Casas o Casaus para el muy alto y muy poderoso señor el príncipe de las Españas, don Felipe, nuestro señor


 Muy alto e muy poderoso señor:
Como la Providencia Divina tenga ordenado en su mundo que para direción y común utilidad del linaje humano se constituyesen, en los reinos y pueblos, reyes, como padres y pastores (según los nombra Homero), y, por consiguiente, sean los más nobles y generosos miembros de las repúblicas, ninguna dubda de la rectitud de sus ánimos reales se tiene, o con recta razón se debe tener, que si algunos defectos, nocumentos2 y males se padecen en ellas, no ser otra la causa sino carecer los reyes de la noticia de ellos. Los cuales, si les constasen, con sumo estudio y vigilante solercia3 extirparían. Esto parece haber dado a entender la divina Escriptura de los proverbios de Salomón. Rex qui sedet in solio iudicit, dissipatomne malum intuitu suo. Porque de la innata y natural virtud del rey, así se supone, conviene a saber, que la noticia sola del mal de su reino es bastantísima para que lo disipe, y que ni por un momento solo, en cuanto en sí fuere, lo pueda sufrir.
Considerando, pues, yo (muy poderoso señor), los males e daños, perdición e jacturas4 (de los cuales nunca otros iguales ni semejantes se imaginaron poderse por hombres hacer) de aquellos tantos y tan grandes e tales reinos, y, por mejor decir, de aquel vastísimo e nuevo mundo de las Indias, concedidos y encomendados por Dios y por su Iglesia a los reyes de Castilla para que se los rigiesen e gobernasen, convirtiesen e prosperasen temporal y espiritualmente, como hombre que por cincuenta años y más de experiencia, siendo en aquellas tierras presente los he visto cometer; que, constándole a Vuestra Alteza algunas particulares hazañas de ellos, no podría contenerse de suplicar a Su Majestad con instancia importuna que no conceda ni permita las que los tiranos inventaron, prosiguieron y han cometido [que] llaman conquistas, en las cuales, si se permitiesen, han de tornarse a hacer, pues de sí mismas (hechas contra aquellas indianas gentes, pacíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden), son inicuas, tiránicas y por toda ley natural, divina y humana, condenadas, detestadas e malditas; deliberé, por no ser reo, callando, de las perdiciones de ánimas e cuerpos infinitas que los tales perpetraran, poner en molde algunas e muy pocas que los días pasados colegí de innumerables, que con verdad podría referir, para que con más facilidad Vuestra Alteza las pueda leer.
Y puesto que el arzobispo de Toledo, maestro de Vuestra Alteza, siendo obispo de Cartagena me las pidió e presentó a Vuestra Alteza, pero por los largos caminos de mar y de tierra que Vuestra Alteza ha emprendido, y ocupaciones frecuentes reales que ha tenido, puede haber sido que, o Vuestra Alteza no las leyó o que ya olvidadas las tiene, y el ansia temeraria e irracional de los que tienen por nada indebidamente derramar tan inmensa copia de humana sangre e despoblar de sus naturales moradores y poseedores, matando mil cuentos5 de gentes, aquellas tierras grandísimas, e robar incomparables tesoros, crece cada hora importunando por diversas vías e varios fingidos colores, que se les concedan o permitan las dichas conquistas (las cuales no se les podrían conceder sin violación de la ley natural e divina, y, por consiguiente, gravísimos pecados mortales, dignos de terribles y eternos suplicios), tuve por conveniente servir a Vuestra Alteza con este sumario brevísimo, de muy difusa historia, que de los estragos e perdiciones acaecidas se podría y debería componer.
Suplico a Vuestra Alteza lo resciba e lea con la clemencia e real benignidad que suele las obras de sus criados y servidores que puramente, por sólo el bien público e prosperidad del estado real, servir desean. Lo cual visto, y entendida la deformidad de la injusticia que a aquellas gentes inocentes se hace, destruyéndolas y despedazándolas sin haber causa ni razón justa para ello, sino por sola la codicia e ambición de los que hacer tan nefarias obras pretenden, Vuestra Alteza tenga por bien de con eficacia suplicar e persuadir a Su Majestad que deniegue a quien las pidiere tan nocivas y detestables empresas, antes ponga en esta demanda infernal perpetuo silencio, con tanto terror, que ninguno sea osado desde adelante ni aun solamente se las nombrar.
Cosa es esta (muy alto señor) convenientísima e necesaria para que todo el estado de la corona real de Castilla, espiritual y temporalmente, Dios lo prospere e conserve y haga bienaventurado. Amén.

Brasil – Jaque a la tala ilegal que amenaza la supervivencia de los awás 16 julio 2013

El ejército brasileño ha llegado a la zona para detener la tala ilegal alrededor de la tierra de los awás.
El ejército brasileño ha llegado a la zona para detener la tala ilegal alrededor de la tierra de los awás.
© Exército Brasileiro
Según informaciones a las que ha tenido acceso Survival International, el ejército de Brasil ha desplegado una gran operación contra la tala ilegal alrededor del territorio de los awás,la tribu más amenazada de la Tierra.
Cientos de soldados, oficiales de policía y agentes especiales del Ministerio de Medioambiente han penetrado la zona con tanques, helicópteros y cerca de un centenar de vehículos para detener la deforestación ilegal que ya ha destruido más del 30% de uno de los territorios de los indígenas awás.
Al menos ocho aserraderos han sido clausurados y varias maquinarias han sido confiscadas y destruidas desde que la operación empezara a finales de junio de 2013.
Pequeña mariposa, una niña awá. Los awás han implorado que todos los invasores ilegales sean expulsados de su selva.
Pequeña mariposa, una niña awá. Los awás han implorado que todos los invasores ilegales sean expulsados de su selva.
© Sarah Shenker/Survival
La operación se produce en un momento crítico para los awás, una de las últimas tribus nómadas de cazadores-recolectores que aún habita la Amazonia brasileña. Los awás se encuentran en peligro de extinción si la destrucción de su selva no cesa de manera inmediata.
Sin embargo, aunque la operación dificulta que los madereros entren en territorio awá y retiren la madera más valiosa, las fuerzas involucradas no han accedido a la tierra de la tribu como tal, donde la tala alcanza niveles alarmantes y se requiere una acción urgente.
Amiri awá declaró a Survival: “Los invasores deben ser forzados a dejar nuestra selva. No queremos que nuestra selva desaparezca. Los madereros ya han destruido mucha zonas”.
Vehículos armados, helicópteros y cerca de un centenar de otros vehículos se han desplegado por la zona para proteger la selva.
Vehículos armados, helicópteros y cerca de un centenar de otros vehículos se han desplegado por la zona para proteger la selva.
© Maycon Alves
Decenas de miles de personas en todo el mundo, incluidas muchas personalidades, se han unido a la campaña internacional de Survival que pide al Gobierno brasileño enviar a las autoridades a territorio awá para expulsar a los invasores ilegales, detener la destrucción de su selva, perseguir a los madereros ilegales y evitar que vuelvan a acceder a la zona.
El director de Survival, Stephen Corry, mencionó que “Brasil ha adoptado un primer paso prometedor hacia la protección de la tribu más amenazada de la Tierra y esto es posible gracias a las miles de personas que han apoyado a los awás a escala global. Esto prueba que la opinión pública puede generar cambios. Sin embargo, todavía no se ha ganado la batalla: las autoridades no deben parar hasta que todos los invasores ilegales se hayan ido.”