viernes, 17 de mayo de 2013

LOS APACHES

Ubicación: Arizona (EEUU) Población: 18.000 aprox. Lengua: Na-Dene

Los apaches se llamaban a sí mismos "Inde", la gente. A la llegada del hombre blanco estaba a punto de finalizar su lenta migración hacia el suroeste, la cual duró cerca de 500 años. Vivían en pequeños núcleos basados en la familia y eran nómadas. Los grupos sociales se componían de varias familias matriarcales que formaban bandas. No existían tribus.
En torno al año 1600 la población apache alcanzaba unos 15.000 habitantes. Cuando llegaron en pequeñas bandas, aún no tenían identidad. Pronto se dispersaron por las regiones donde vivían los indios pueblo, se apropiaron de sus tierras y establecieron sus centros sagrados.


Algunos grupos se mezclaron con las tribus de las praderas (los apaches lipan se desplazaron al oeste de Tejas y echaron a los comanches, los mescalero y chiricahua llegaron hasta la región este de Río Grande, los jicarilla y los navajo hasta la parte norte de Nuevo Méjico, y los apaches del oeste hasta las tierras de los Mogollón). Así, sumaron a la caza y recolección, los saqueos y la agricultura como forma de vida.Pronto asimilaron las costumbres, así como la fama de hombres fieros. También aprendieron enseguida a montar a caballo. Gran parte de la historia de la zona gira en torno a los asaltos de los apaches y la venganza de los indios pueblo y pima.






En 1700, prácticamente toda la región era un campo de batalla, en el que a veces existían alianzas de paz basadas en la convivencia económica.
Otros apaches asolaron las aldeas de los pueblo y sus comunidades tuvieron que huir a tierras más fáciles de defender. Los apaches también llegaron hasta Méjico, asolando la zona. Para huir de la venganza se concentraban en zonas altas protegidas, cañones y valles montañosos.Los apaches jicarilla se unieron con los españoles en sus guerras contra los franceses y los pawne. A los jicarilla se unieron los utes y los tewa, para luchar contra los comanche y kiowa de las praderas. 
Los apaches del oeste formaban divisiones independientes que hablaban variedades de la misma lengua (indios de la Montaña Blanca, carrizo, San Carlos, Fort Apache, pinal, arivaipa, cubres apache, mazatzal, tonto, cibecue y navajo). 
En 1800 cada familia tenía de 2 a 5 bandas independientes (de 50 a 700 miembros). Además se incluían grupos locales de 35 a 200 personas, que eran las unidades políticas básicas. Vivían fundamentalmente de la caza de ciervos y recolección de tubérculos. En el este se alojaban los apache jicarilla, mescalero, lipan y chiricahua.
Desde su llegada se mantuvieron en comunidades pequeñas, que se desplazaban fácilmente, durante más de 200 años. Los apaches del oeste lucharon contra el ejército norteamericano. La mayoría de las tribus fueron sometidas hacia el 1868. 
La última banda en caer fue la liderada por Gerónimo, que fue capturado y confinado en 1885, a Florida, junto con el resto de los apaches chiricahua, incluso los exploradores nativos que habían trabajado para el gobierno. Los apaches chiricahua continuaron los ataques hasta 1872, año en que su jefe (Cochise) firmó un acuerdo con el gobierno de E.E.U.U. y fueron trasladados a la reserva de Arizona.
Al desaparecer su forma de vida tradicional basada en el asalto y la caza, en el siglo XX, empezaron a desarrollar una economía más flexible con la cría de ganado y ovejas.

Sus creencias se originaron en los bosques de la patria canadiense apache. La forma de vida estaba fuertemente marcada por la caza y las largas esperas, que se resolvían en momentos de extrema actividad. Dado que muchas veces cazaban en solitario, valoraban el individualismo y las decisiones personales. Esta falta de vínculos formales evitaba que se establecieran estructuras tribales muy organizadas.
Cada individuo podía elegir al líder que quisiera, lo que determinaba pequeños grupos móviles, formados por hombres independientes y libres.
Los apaches permanecían nómadas, siguiendo las migraciones de los animales, lo que introducía un elemento de respuesta agresiva en sus conductas. Por ello fueron los primeros indios en poseer caballos robados a los europeos, ya que el contar con los animales les permitía ampliar sus territorios de caza.
Mujeres apache de la White Mountain en el campamento. Una de ellas muele sobre una piedra. Se aprecian cestas de mimbre para carga, típica de los apaches del Oeste, así como las alforjas que ponían sobre las sillas.
    Asimismo eran progresistas, introdujeron orientaciones nuevas, como en la vestimenta. Algunos grupos adoptaron el tipi como vivienda, en vez de la tradicional recubierta de maleza, hecha con los mismos materiales con los que confeccionaban soberbios trabajos de cestería.
Las mujeres reunían el alimento, madera y agua, mientras los hombres salían a cazar e invadir. Las tribus occidentales marcaban su descendencia por la linea matrilineal, las demás partían de ambos padres. Practicaban la poligamia si la situación económica lo permitía, y los casamientos eran fácilmente rompibles.
Cazadores apache
La religión era una parte fundamental de la vida apache. Su mitología trata de la búsqueda de la patria ayudados por los "dioses gemelos de la guerra", los cuales viajaban por la tierra y establecían los límites del mundo y las zonas en que los grupos podían vivir.
Para los apaches el mundo estaba en continuo movimiento y muchos de sus rituales se centraban en elementos inmediatos y espontáneos. El aire, el viento, forman parte de las personas y los seres minerales, el mismo poder que calentaba un grano de arena, daba energía a las personas.
Sus dioses principales, Gan (espíritus de las montañas) derivan su fuerza de los bosques y el desierto, se retrotrae al Oso y la Serpiente y se vinculan con el Rayo y las Estrellas. Estos espíritus bailan de noche frente al fuego, su danza es de búsqueda y vienen de las cuatro direcciones.
Las mujeres apache se encargan de la recolección de plantas y frutos silvestres.
Durante la representación el pueblo revive el origen de los apaches y las migraciones de sus antecesores. Las bendiciones de los espíritus pasan por las mujeres de la tribu, que los encierran en un círculo que se mueve lentamente y que se baila alrededor de la lumbre.
Sin embargo a los espíritus les acompaña un payaso que les sigue agitando carracas e imitando sus movimientos, y éste es el más sagrado, el que guarda a los espíritus de las montañas y aleja las influencias negativas del círculo.
Para el pueblo apache la necesidad de celebrar es tan sagrada como el cántico del chamán; sus celebraciones son una afirmación de la vida.


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