viernes, 17 de mayo de 2013

LOS SERI


Ubicación: Costa de Sonora (México) Población: 700 (1992 M. Moser SIL) Lengua: hoka


Los seri pertenecen a las tribus marginales y no producían su propio alimento, sino que llevaban una vida seminómada y se concentraban en bandas bilaterales. Al desplazarse de un lugar a otro, no poseían muchos enseres y subsistían de productos marinos y cazaban ciervos y conejos, recolectaban frutos de cactus, plantas, etc.
Aunque viven en México los seri forman parte del área cultural californiana. Las pinturas típicas de su rostro denotan la familia a la que pertenecen. Entre los seri sólo las mujeres llevaban dibujos pintados, con la excepción ocasional de los niños pequeños.
Todavía hoy estos grupos viven pobremente de la pesca y caza de tortugas.

 Se sabe que los indios Seri han vivido en la misma región durante al menos quinientos años. Los hombres de Coronado se encontraron con los Seri durante su marcha a las ciudades míticas de Cibola en el Siglo XVI, pero sus historiadores tenían poco que decir al respecto. El Padre Eusebio Francisco Kino, el misionero-explorador Jesuita del Suroeste, tampoco dijo gran cosa sobre su contacto con los Seri en el Siglo XVII.

En estos tiempos tempranos el territorio Seri se extendía desde la Bahía de Guaymas hasta unos 120 kilómetros al norte de la isla Tiburón, y tierra adentro casi hasta Hermosillo. Había unas seis bandas conocidas y la población Seri se estimaba en unas 5000 personas. Esta zona costera es un reto para el más resistente de los hombres. Forma parte del desierto de Sonora, que se extiende hacia Arizona, donde la precipitación no excede unos cinco centímetros anuales.
            Dado que los Seri recurrían al mar para su sustento hacían la mayor parte de sus campamentos en sus costas. Para cazar u obtener agua dulce viajaban grandes distancias tierra adentro. Los hombres cubrían este terreno rápidamente con enormes ollas de agua colgadas de yugos a sus espaldas. Los Seri eran corredores veloces. Tenían resistencia y eran capaces al mismo tiempo de grandes explosiones de energía. Se han contado historias acerca de cómo agotaban a la carrera ciervos y otros animales, pero éstos ejercicios eran más de maniobra y resistencia que de velocidad pura.

Perseguir animales, cazar aves y fauna marina, y recolectar plantas silvestres les suponían una vida nómada que les llevaba a lo ancho de todo su extenso territorio. La existencia de los Seri se basaba en la supervivencia de los más fuertes. Sólo los más robustos sobrevivían a la enfermedad, al hambre y a la privación; sólo los más expertos sobrevivían al mar.

Los Seri estaban en contacto con los indios vecinos y frecuentemente surgían conflictos entre ellos. El único contacto notable con extranjeros ocurrió a finales del Siglo XVII, cuando los misioneros Jesuitas trataron de confinarlos en áreas pequeñas alrededor de las misiones para hacer de ellos buenos cristianos y granjeros. Esto no era aceptable para la mayoría de los Seri. Nunca habían tendido a la agricultura (y no lo han hecho hasta hoy). No obstante algunos de ellos lo intentaron. Aquellos que trataron de abandonar las misiones cuando surgieron las diferencias fueron perseguidos por soldados españoles, y cuando regresaron fueron castigados. Familias enteras fueron arrestadas en varias ocasiones, y las mujeres, deportadas a Guatemala.


 Esta injusticia y las persecuciones de los militares comenzaron la historia de los enfrentamientos entre los españoles y los Seri. Los indios fueron forzados a cambiar sus campamentos a menudo y huir. Consecuentemente, abandonaron gran parte de su territorio y fueron confinados al borde del agua. Su población disminuyó a causa de las enfermedades extranjeras, la guerra y el hambre.
            Esta tribu se componía de feroces guerreros y cuando se enzarzaban en batallas mano a mano con sus enemigos eran bastante sanguinarios. Si la situación era desesperada peleaban con dientes y uñas. Relatos exagerados contaban que arrancaban la carne del brazo de un hombre a mordiscos, lo que ha llevado a informes erróneos sobre un supuesto canibalismo. Estos relatos sobrevivieron y recibieron mucha cobertura de prensa a principios de este siglo cuando varias personas desaparecieron en territorio Seri. Nunca se ha obtenido pruebas que dieran fundamento a estos rumores de canibalismo, pero las historias sensacionalistas tardan en morir y éstas resurgirán sin duda de cuando en cuando.

En los años 30 la población Seri había menguado a sólo 300. La mayor parte de estos supervivientes se concentraban en la isla Tiburón en el Golfo de California. La parte del golfo que separa la isla de tierra firme, llamada Estrecho Infiernillo, está reconocida entre las más peligrosas del mundo. Está plena de corrientes cambiantes y remolinos, además de tiburones y mantas. El único transporte acuático del que disponían los Seri era la balsa, similar a los botes de juncos empleados en el lago Titicaca en la frontera Perú-Bolivia. Los deportistas de hoy en día dudarían de la capacidad de navegación de estas barcas, pero los Seri las manejaban con pericia.
            En los años 30 algunos Seri comenzaron a trabajar con no-indios en una cooperativa pesquera en la Bahía Kino. Después de la Segunda Guerra Mundial la empresa se volvió más inestable a causa de fluctuaciones de los mercados, pero sobrevivió para convertirse en su principal fuente de ingresos. Progresivamente más y más Seri volvieron al continente y para la década de los 60 la isla estaba prácticamente abandonada. En 1965 el gobierno mejicano estableció una reserva de caza en la isla Tiburón y a los Seri ya no se les permite cazar allí. La mayor parte de la tribu se concentra ahora en unos cuantos campamentos al norte de la Bahía de Kino. El mayor de ellos es Desemboque. La población de los Seri se ha incrementado regularmente, y en la actualidad hay matrimonios mixtos con otras etnias.      
            Hoy en día, los Seri pescan desde barcas de madera equipadas con motores fueraborda. Sus capturas se conservan con hielo traído por comerciantes al por mayor que venden el pescado en mercados mejicanos y estadounidenses.
            Los Seri tenían una escuela en la Bahía de Kino en los años 20 y una en Desemboque durante unos cuantos años en los años 40. La actual escuela rural mejicana data de 1952.




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