viernes, 17 de mayo de 2013

LOS TARAHUMARA


Ubicación: México Población: 60000 (1985) Lengua: Uto-azteca


En Méjico son muy conocidos los indios tarahumara que viven en las montañas. Ellos prefieren llamarse rarámuri. Se refugiaban tanto en las cuevas de peñascos escarpados como en casas de sólida construcción.
Cultivaban maíz a pequeña escala en los valles montañosos en verano y, en invierno, se retiraban a las tierras bajas, donde se alimentaban de plantas silvestres.
Los tarahumara no se han visto afectados por el mundo exterior hasta hace muy poco, ya que el primer ferrocarril que se introdujo en la región, lo hizo hace aproximadamente una década. 
Estos indios son conocidos por sus grandes dotes atléticas, que ponen de manifiesto generalmente con ocasión de una apuesta. Corren tras una boola de madera que lanzan con el pie, ayudados por un bastón con el que se la colocan. Corren durante días y noches sin parar, por cualquier terreno y sorteando cualquier obstáculo.

No fue fácil su conquista, y, tras ella en el s. XVI se replegaron a las montañas. A principios del s. XVII los españoles comenzaron la conquista de la sierra tarahumara, lo que conllevó al establecimiento de las primeras misiones jesuitas en la zona.
Poco después, con la aparición de yacimientos mineros, la avalancha de mineros era imparable. Los tarahumara, en 1646, se levantaron en armas.
Los españoles añadieron a sus filas el grueso de los grupos indios cristianizados, en el intento de aplacar el levantamiento.

A mediados de siglo dos mil tarahumara fueron derrotados por los blancos. Pero la historia no acabaría ahí, entre 1684 y 1697, con la ayuda de los raramuri, de nuevo se alzarían contra los colonos, siendo de nuevo derrotados.
Desde entonces habitaron la sierra, que dadas sus condiciones naturales les protegió de la influencia dominadora.
Pero las misiones sí llegaron hasta la sierra que protegía a los tarahumara, empapándoles de su visión cosmogónica, que añadirían a sus propias tradiciones. La desaparición de la obra jesuítica, por parte de los franciscanos, permitió de nuevo el absoluto aislamiento de los indios.
Más tarde a mediados del siglo XIX, los gobiernos de Chihuahua y Sonora promulgaron leyes que les desposeían de parte de sus territorios. Desde mediados del siglo XX los raramuri se han incorporado a la vida económica norteña.
Los tarahumara actuales viven en pequeñas comunidades alejadas entre ellas, y se reúnen solamente para celebraciones o trabajos comunitarios. Durante el buen tiempo viven en cabañas y cuando llega la época fría y las abundantes nieves, suelen refugiarse en cuevas, donde se guarecen del frío. 
En cuanto a su organización social, siguen manteniendo su sistema tradicional, encabezado por un gobernador (siriame), que es la máxima autoridad. Su función es la de juez y mediador en los conflictos, y es una figura importante en las celebraciones religiosas.
Éstas, fruto de una combinación con el catolicismo, conservan su fondo animista, y al igual que otros pueblos cristianizados de América, identifican los nuevos objetos religiosos con imágenes de sus propias tradiciones.
La poligamia fue una práctica tradicional hasta 1600, en que el jesuita Juan Fonte intentó erradicarla, lo que le costó la vida.



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